Barbería Barelas Rose

La Barbería Barelas Rose ofrece cortes de pelo de precisión para niños y hombres a un precio excelente. También cuenta con un gimnasio comunitario que ofrece clases de boxeo, lucha libre, artes marciales mixtas y yoga.

Raúl lleva trabajando desde los 12 años. Primero como repartidor de periódicos y luego en un lavadero de autos a los 14. Empezó con trabajos que pagaban en efectivo o propinas, pero su camino lo impulsó a trabajar más duro por su cuenta.

A los 18 años, asistió a la escuela de barbería y trabajó cortando cabello y realizando otros trabajos entre los 18 y los 37 años. Hace unos años, a Raúl se le presentó la oportunidad de hacerse cargo de una barbería; desafortunadamente, no funcionó, pero la experiencia lo impulsó a él y a su esposa Shamrah a abrir Barelas Rose Barber Shop. Ambos estaban nerviosos, pero sintieron que la recompensa superaba el riesgo. Shamrah lo animó. Creyó en las posibilidades y lo convenció de intentarlo durante un año, y ahora, cinco años después, dirigen un negocio exitoso en el barrio de Barelas, en el centro de Albuquerque. La familia de Raúl ha estado en Barelas desde la década de 1940. Su padre, su hermana y familiares cercanos aún viven allí.

Lidiar con las voces negativas, la publicidad, el flujo de caja y la pandemia de COVID-19 fueron los principales desafíos de Raúl y Shamrah. Desde que comenzó la pandemia, han perdido el 50% de su clientela, pero están superando las dificultades. Un programa de ahorros de Fii (Iniciativa de Independencia Familiar) les proporcionó suministros para empezar y otros que fueron adquiriendo poco a poco. Algunos de sus clientes trabajan en diferentes sectores y están dispuestos a trabajar para ellos y a permitirles realizar los pagos. Su comunidad también está ayudando con la construcción del edificio. Fii trajo a Raúl y Shamrah a Denver para dar una charla y proporcionó fondos adicionales para máquinas expendedoras. Hábitat para la Humanidad, Fii, Homewise y WESST han apoyado a lo largo del proceso.

Raúl y Shamrah participaron en el programa de Cuentas de Desarrollo Individual (IDA) de WESST, que requiere que los participantes completen una educación financiera intensiva antes de implementar un programa de ahorro con fondos de contrapartida. Raúl y Shamrah pudieron usar los fondos de su IDA para mantener sus negocios abiertos. También se reunieron con un consultor de negocios de WESST que les brindó asesoramiento empresarial general.

Como ocurre con la mayoría de las pequeñas empresas del país, la pandemia de COVID-19 ha dificultado la gestión de un negocio. Aun así, están marcando la diferencia en su comunidad y esperan ofrecer servicios adicionales, como el día de jiu-jitsu y boxeo, una vez que la situación vuelva a la normalidad. El objetivo de Raúl es inspirar a la gente a involucrarse en el fitness; cree que, en un mundo ideal, cada comunidad tendría un gimnasio comunitario. Espera que su familia pueda expandir el negocio en torno al gimnasio. "Los jóvenes deberían llevar medallas al cuello, no en la muñeca", dice Raúl.

Raúl y Shamrah viven el sueño de emprender, dedicando largas horas, escuchando a sus clientes y teniendo la libertad de pasar tiempo con su familia. El riesgo y el trabajo pueden ser difíciles, pero con la ayuda de socios como WESST, todo parece estar saliendo bien.