Vídeo Éxitos, Inc.

Cuando Silvia Terrazas llegó por primera vez a este país, su afán emprendedor la mantuvo enfocada mientras enfrentaba dos grandes obstáculos: 1) Solo hablaba español, y 2) Su hijo nació con un solo pie, lo que requirió nuevas prótesis a medida que crecía. A pesar de las adversidades que enfrentó, la fuerza y la tenacidad de Silvia fueron fundamentales para alcanzar sus metas empresariales.

En el año 2000, Silvia, con su Tarjeta de Autorización de Empleo en mano, acudió a WESST para solicitar un préstamo y abrir una tienda de alquiler de videos. Había sido una empresaria experimentada en México, por lo que conocía el sector. Sin embargo, en Nuevo México, tuvo que aprender sobre negocios (impuestos, códigos, contabilidad). Investigó, encontró un local (de unos 65 metros cuadrados) y elaboró un inventario de videos ("Favoritos mexicanos" junto con "Nuevos lanzamientos estadounidenses subtitulados") que quería alquilar y vender. Para ella, era importante empezar con poco y crecer poco a poco para asegurar su éxito. Su nicho de mercado era principalmente la población hispanohablante.

Con su microcrédito de WESST, abrió una pequeña tienda y rápidamente se la reconoció como una empresaria valiente. ¿Cómo lidiaba con los clientes que no le devolvían sus videos o equipo? Iba a sus casas y les exigía que le devolvieran los artículos. Su actitud era: "Yo pagué por estas cosas y son mías. Si dejo que alguien se salga con la suya robando, todos lo harán".

Durante los siguientes once años, Silva continuó expandiendo el negocio a dos sucursales al añadir un segundo negocio, La Michocana (una reconocida empresa de bebidas de frutas mexicanas). Su negocio creció hasta contar con 13 empleados y se constituyó. Durante esos años, obtuvo siete préstamos a través de WESST.

A medida que la economía se deprimió aún más, Silvia supo que para sobrevivir tendría que hacer cambios drásticos. En su local del norte, encontró otro negocio que se hiciera cargo del arrendamiento y trasladó La Michocana a su tienda principal. Luego, vendió la mayor parte de su inventario para Video Éxitos y trasladó el resto también a la tienda de La Michocana. Desde este local, le va muy bien vendiendo dulces mexicanos, todos sus helados y bebidas de frutas, piñatas, tarjetas telefónicas y haciendo transferencias bancarias. Después, redujo su personal a cinco con la esperanza de volver a contratar a medida que aumentaran las ventas.

Silvia ha demostrado, gracias a su perspicacia empresarial, que se asegurará de que este negocio supere las dificultades. Completó su formación como ciudadana y presentará el examen para convertirse en estadounidense (algo que lleva años deseando). Aunque se queja de que su inglés no es muy bueno: «Mi hijo dice que cuando hablo inglés suena como si hablara chino», la verdad es que lo hace muy bien.

Cuando tenía unos 11 años, Silvia trajo a su hijo al negocio para enseñarle sobre negocios. Ahora está en el último año de preparatoria, es alto (más de 1.80 m), muy guapo y es un atleta de baloncesto. Responde rápidamente a las preguntas de negocios y es un gran apoyo para su madre. Su hija, que ahora tiene nueve años, pronto aprenderá el negocio.

Silva cree que su éxito es el resultado de su profunda fe y espera poder dejar algo de valor para que sus hijos puedan continuar.